segunda-feira, 2 de abril de 2012

TESTIMONIO - 1982-MALVINAS-2012

Hace 30 años una noche como ésta, velaba las armas, como era una antigua costumbre, pasar la noche en claro, previo al armado de los caballeros...
En la terraza de la casa de mis tíos, en la calle 3 de febrero de la ciudad de Buenos Aires pasé La noche del 1° de abril meditando y rezando por lo que sería mi vida a partir del día siguiente en que egresaba como guardiamarina en La Escuela Naval Militar. Le pedí a Dios que me diera el temple de estar a la altura de las circusntancias.
Es difícil entender hoy lo que pasaba por la cabeza de un joven en aquella época… Como cadetes habíamos vivido la escalada bélica del conflicto por las islas del Canal Beagle… el país se desangraba en una guerra atípica, que hoy puede ser llamada de cualquier modo pero que no dejó de ser una verdadera guerra donde en ambos bandos habían argentinos.
A las 4 de la mañana de ese dos de abril salí para Río Santiago. La radio y los periódicos daban a conocer lo que había dejado de ser secreto para hacerse realidad: una operación militar ejemplar: Habíamos recuperado Malvinas sin producir una sola baja en el enemigo...
Por las vicisitudes de la vida, el año 1982 comenzó con una serie de cursos que nos preparaban para nuestro viaje de instrucción en la Fragata A.R.A. “Libertad”. Así pasamos por varios destinos de la Armada donde vimos una actividad inusual para el comienzo del “Año Naval”.
Normalmente los meses de enero y febrero son de licencia y armado de los nuevos grupos operativos por los pases del personal… todo lo contrario: Las bases aeronavales tenían a su personal en adiestramiento, un movimiento igual en alistamiento percibimos en Mar del Plata y Puerto Belgrano…
En esos días, volviendo a casa me encontré en el ómnibus con uno de esos jóvenes tenientes con los cuales había compartido mi vida de cadete… YA tenía un año como piloto aeronaval y me comentó que los estaban volviendo locos con el adiestramiento…
De a poco la escalada… se van confundiendo los recuerdos y poco importa como sucedieron: el desmonte de una factoría en Georgias, las maniobras del HMS “Endurance” y del A.R.A. “Bahía Paraíso” y la toma final de Puerto Stanley al que nunca más volví a llamar con ese nombre, pues para mí es y será Puerto Argentino…

Nuestra ceremonia de egreso comezó con la presencia del entonces Comandante en Jefe de la Armada, almirante Anaya quien al dar inicio a la ceremonia dijo "Quiero informarles que la Operación Rosario ha concluído exitosamente"... era la primera información oficial dada por los acontecimientos.

Éste es uno de los días más felices de mi vida.

Empuñadura de mi espada,donde está grabada la fecha y dedicatoria

Y, finalmente, el sinsabor de la derrota. Pasamos de la exultante alegría de la victoria fácil que nos vendían los diarios y revistas a la rendición… a los cargos, a las culpas.
Llevo más de ocho años fuera de la Armada… La fui perdiendo y la acabé dejando por las continuas decepciones que me sucedieron en los últimos tiempos de actividad y que serán motivo de otro análisis…
Hace dos o tres años me preguntaron cuales fueron los momentos más felices y más tristes de mi vida naval… aquellos que quedan grabados a fuego en la memoria.
De los aciagos son tres (gracias a Dios nunca perdí un subordinado -cosa que sería tristísima-): el hundimiento de Crucero A.R.A. “General Belgrano” (lloré como una criatura cuando me enteré de su suerte); la rendición el 14 de junio de 1982 y la entrega de la Escuela de Mecánica el 24 de marzo de 2004 sin haber un paso al costado de nadie…
La cuestión de Malvinas es una de las pocas cosas que reconozco dentro mí como de argentinidad que me quedan... Es la única idea que, imagino, puede llegar a ser el numen que sea una causa común para una “patriada”, aunque cada vez se me hace más difícil entender que es lo que la Argentina puede hacer con ellas si es que en la situación actual pueda llegar a tomar pose…
No me malinterpreten. En mi humilde modo de ver la insolencia y mezquindad de nuestros gobernantes y poderes que rigen la república; de las instituciones militares, sindicales, no gubernamentales, asociaciones y grupos que intentan defender cualquier cosa comunitariamente, lo mejor que puede pasar es que sigan bajo la administración británica hasta que seamos un país en serio.
Hoy Malvinas es para mí la memoria y el pedido de disculpas a los muertos.
Conocí a varios de ellos en vida antes de su entrega heroica.
Me imagino que "el más allá" está libre de discordias y rencores....
En su calma eterna, no deben entender porque murieron...
No solamente por la derrota… por lo que se hizo con la causa, por los gobiernos posteriores... por sus pares, por su pueblo...
No deben comprender que quienes combatieron sean reconocidos por el mundo entero, con énfasis en el propio enemigo, sin tener otra respuesta que el olvido nacional, porque no es recuerdo sacar a relucir los hechos por conveniencias políticas.
Hoy, 30 años después, Malvinas es motivo de desviar la atención de los temas que verdaderamente preocupan, entonces cobran vidas los fantasmas…
Por eso es que, al ver en los foros internacionales las infundadas bravuconadas de nuestros representantes, este tema me da vergüenza y asco.
Solo los muertos merecen el recato del silencio que nos obligue a pedir por sus almas y agradecer su entrega más gloriosa…
Y, como dijo Becquer:
No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de su tumba fria,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavia.
No son los muertos, no los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos,
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.
La vida no es la vida que vivimos,
la vida en el honor, es el recuerdo.
Por eso hay hombres que en el Mundo viven,
y hombres que viven en el Mundo muertos.

Nenhum comentário:

Postar um comentário